Números 26:52-28:15
Instrucciones para el reparto de la tierra
26:52 El Señor dijo a Moisés: 53 «Reparte la tierra entre estas tribus para que sea su heredad. Hazlo según el número de nombres registrados. 54 A la tribu más numerosa le darás la heredad más grande, y a la tribu menos numerosa le darás la heredad más pequeña. Cada tribu recibirá su heredad en proporción al número de censados. 55 La tierra deberá repartirse por sorteo, según el nombre de las tribus patriarcales. 56 El sorteo se hará entre todas las tribus, grandes y pequeñas».
Censo de los levitas
57 De los levitas Guersón, Coat y Merari proceden los siguientes clanes:
los guersonitas,
los coatitas,
los meraritas.
58 De los levitas proceden también los siguientes clanes:
los libnitas,
los hebronitas,
los majlitas,
los musitas,
los coreítas.
Coat fue el padre de Amirán. 59 La esposa de Amirán se llamaba Jocabed hija de Leví, y había nacido en Egipto. Los hijos que ella tuvo de Amirán fueron Aarón y Moisés, y su hermana Miriam. 60 Aarón fue el padre de Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar, 61 pero Nadab y Abiú murieron bajo el juicio del Señor por haberle ofrecido fuego ilícito.
62 Los levitas mayores de un mes de edad fueron en total veintitrés mil. Pero no fueron censados junto con los demás israelitas porque no habrían de recibir heredad entre ellos.
63 Estos fueron los israelitas censados por Moisés y el sacerdote Eleazar, cuando los contaron en las llanuras de Moab, cerca del río Jordán, a la altura de Jericó. 64 Entre los censados no figuraba ninguno de los registrados en el censo que Moisés y el sacerdote Aarón habían hecho antes en el desierto del Sinaí, 65 porque el Señor había dicho que todos morirían en el desierto. Con la excepción de Caleb, hijo de Jefone, y de Josué, hijo de Nun, ninguno de ellos quedó con vida.
Las hijas de Zelofejad
27 Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá pertenecían a los clanes de Manasés, hijo de José, pues eran hijas de Zelofejad, hijo de Héfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés. Las cinco se acercaron 2 a la entrada de la Tienda de reunión para hablar con Moisés y el sacerdote Eleazar, y con los jefes de toda la comunidad. Les dijeron: 3 «Nuestro padre murió sin dejar hijos, pero no por haber participado en la rebelión de Coré contra el Señor. Murió en el desierto por su propio pecado. 4 ¿Será borrado de su clan el nombre de nuestro padre por el solo hecho de no haber dejado hijos varones? Nosotras somos sus hijas. ¡Danos una heredad entre los parientes de nuestro padre!».
5 Moisés presentó al Señor el caso de ellas, 6 y el Señorrespondió: 7 «Lo que piden las hijas de Zelofejad es algo justo, así que debes darles una propiedad entre los parientes de su padre. Traspásales a ellas la heredad de su padre.
8 »Además, diles a los israelitas: “Cuando un hombre muera sin dejar hijos, su heredad será traspasada a su hija. 9 Si no tiene hija, sus hermanos recibirán la herencia. 10 Si no tiene hermanos, se entregará la herencia a los hermanos de su padre. 11 Si su padre no tiene hermanos, se entregará la herencia al pariente más cercano de su clan, para que tome posesión de ella. Esta será la disposición legal que regirá a los israelitas, tal como yo, el Señor, se lo ordené a Moisés”».
Anuncio de la muerte de Moisés
12 El Señor dijo a Moisés:
—Sube al monte Abarín y contempla desde allí la tierra que he dado a los israelitas. 13 Después de que la hayas contemplado, partirás de este mundo para reunirte con tus antepasados, como tu hermano Aarón. 14 En el desierto de Zin, cuando la comunidad se puso a reclamar, ustedes dos se rebelaron contra mí, pues al sacar agua de la roca no reconocieron ante el pueblo mi santidad.
Esas aguas de Meribá están en Cades, en el desierto de Zin.
Moisés pide un líder para Israel
15 Moisés respondió al Señor:
16 —Dígnate, Señor, Dios de todos los seres vivientes,[a] a nombrar un jefe sobre esta comunidad, 17 uno que vaya delante de ellos, y que los guíe en sus entradas y salidas. Así el pueblo del Señor no se quedará como rebaño sin pastor.
18 El Señor dijo a Moisés:
—Toma a Josué, hijo de Nun, en quien mora el Espíritu,[b] pon tus manos sobre él 19 y haz que se presente ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad. En presencia de ellos le entregarás el mando. 20 Delega en él parte de tu autoridad para que toda la comunidad israelita le obedezca. 21 Se presentará ante el sacerdote Eleazar, quien mediante el urimconsultará al Señor. Cuando Josué ordene salir, la comunidad entera saldrá con él y, cuando le ordene volver, volverá.
22 Moisés hizo lo que el Señor ordenó. Tomó a Josué y lo puso delante del sacerdote Eleazar y de toda la comunidad. 23 Luego le impuso las manos y le entregó el cargo, tal como el Señor lo había mandado.
Calendario litúrgico
28 El Señor dijo a Moisés: 2 «Ordénale al pueblo de Israel que se asegure de presentar mi ofrenda puesta al fuego en el día señalado. Esa ofrenda puesta al fuego y de aroma grato es mi comida.
Sacrificio diario
3 »Dile también al pueblo: “Esta es la ofrenda puesta al fuego que todos los días deben traer al Señor para el holocausto continuo: dos corderos de un año y sin defecto”. 4 Al despuntar el día, ofrecerás un cordero y al caer la tarde, el otro, 5 junto con la décima parte de un efa[c] de harina refinada mezclada con un cuarto de hin[d] de aceite de oliva. 6 Este es el holocausto diario, instituido en el monte Sinaí como ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor. 7 Con cada cordero ofrecerás un cuarto de hin de bebida fermentada, como ofrenda líquida, la cual derramarás en el santuario en honor del Señor. 8 El segundo cordero lo sacrificarás al caer la tarde, junto con una ofrenda de cereales y una ofrenda líquida como las presentadas en la mañana. Es una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor.
Ofrendas del sábado
9 »Cada sábado ofrecerás dos corderos de un año y sin defecto, junto con una ofrenda líquida y una ofrenda de dos décimas partes de un efa[e] de harina refinada mezclada con aceite. 10 Este es el holocausto de cada sábado, además del holocausto que cada día se ofrece con su ofrenda líquida.
Ofrenda mensual
11 »Cada primer día del mes presentarás, como tu holocausto al Señor, dos terneros, un carnero y siete corderos de un año y sin defecto. 12 Con cada novillo presentarás también una ofrenda de tres décimas partes de un efa[f] de harina refinada mezclada con aceite; con el carnero, dos décimas partes de un efa de harina refinada mezclada con aceite; 13 y con cada cordero, una décima parte de un efa de harina refinada mezclada con aceite. Este será un holocausto, una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor. 14 Las ofrendas líquidas serán las siguientes: Con cada novillo presentarás medio hin[g] de vino; con el carnero, un tercio de hin[h] de vino, y con cada cordero, un cuarto de hin[i] de vino. Este es el holocausto que debes presentar durante todo el año, una vez al mes, en el día de luna nueva. 15 Además del holocausto diario y su ofrenda líquida, también presentarás al Señor, como sacrificio por el perdón de pecados, un macho cabrío.
Lucas 3:1-22
Juan el Bautista prepara el camino
3 En el año quince del reinado de Tiberio César, Poncio Pilato gobernaba la provincia de Judea, Herodes[a] era tetrarca en Galilea, su hermano Felipe en Iturea y Traconite, y Lisanias en Abilene; 2 el sumo sacerdocio lo ejercían Anás y Caifás. En aquel entonces, la palabra de Dios llegó a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. 3 Juan recorría toda la región del Jordán predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados. 4 Así está escrito en el libro del profeta Isaías:
«Voz de uno que grita en el desierto:“Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas. 5 Se levantarán todos los valles y se allanarán todas las montañas y colinas. Los caminos torcidos se enderezarán y las sendas escabrosas queden llanas. 6 Y toda humanidad verá la salvación de Dios”».[b]
7 Muchos acudían a Juan para que los bautizara.
—¡Camada de víboras! —dijo—. ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca? 8 Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Y no se pongan a decir: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. 9 Es más, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.
10 —¿Entonces qué debemos hacer? —preguntaba la gente.
11 —El que tiene dos camisas debe compartir con el que no tiene ninguna —contestó Juan—, y el que tiene comida debe hacer lo mismo.
12 Llegaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara.
—Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? —preguntaron.
13 —No cobren más de lo debido —respondió.
14 —Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —preguntaron unos soldados.
Y les dijo:
—No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan.
15 La gente estaba a la expectativa y todos se preguntaban si acaso Juan sería el Cristo.
16 —Yo los bautizo a ustedes con[c] agua —respondió Juan a todos—. Pero está por llegar uno más poderoso que yo, a quien ni siquiera merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 17 Tiene el aventador en la mano para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. La paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.
18 Y con muchas otras palabras exhortaba Juan a la gente y le anunciaba las buenas noticias. 19 Pero, cuando reprendió al tetrarca Herodes por el asunto de su cuñada Herodías,[d] y por todas las otras maldades que había cometido, 20 Herodes llegó hasta el colmo de encerrar a Juan en la cárcel.
Bautismo y genealogía de Jesús
21 Un día en que todos acudían a Juan para que los bautizara, Jesús fue bautizado también. Y mientras oraba, se abrió el cielo 22 y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz que desde el cielo decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».
Salmo 61:1-8
61 Oh Dios, escucha mi clamor y atiende a mi oración.
2 Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece; llévame a una roca que es más alta que yo.3 Porque tú eres mi refugio, mi torre fuerte contra el enemigo.
4 Anhelo habitar en tu santuario para siempre y refugiarme debajo de tus alas. Selah 5 Tú, oh Dios, has aceptado mis promesas y me has dado la herencia de quienes honran tu nombre.
6 Concédele al rey más años de vida; que sus años duren por generaciones. 7 Que reine siempre en tu presencia, y que tu gran amor y tu verdad lo protejan.8 Así cantaré siempre salmos a tu nombre y cumpliré mis promesas día tras día.
Proverbios 11:16-17
11:16 La mujer bondadosa se gana el respeto; los hombres violentos solo ganan riquezas.
17 El que hace bien a otros se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica.